martes, 27 de mayo de 2008

SIEMPRE EN ROSA



En aquellos años llovía en agua tibia,
nunca era tanto el frio,
y si se sentía, pasaba como pasan
las nubes en el atardecer...
siempre en rosa.
Los problemas eran todos a la altura de las rodillas,
pequeños, y sin espinas;
por que cuando se es feliz pareciera
que no existe la edad en las arenas,
son todas y cada una bellas montañas,
que se arrastran, gozosas,
hacia el mar de la fortuna...
se deslizan, ruedan,
y se duermen entre rocas
con la venda del cariño cubriendo las aristas.

Así pasan esos años,
con el ceño terso y lozano,
sin vértices.
Así recuerdo haber visto sus infancias pasar de largo.

Hoy, aquí, desde estos ojos,
- fantasmas que zumban sus nombres-
oculta va la huella que dejó en la arena
el beso de ésta madre que ayer les abrió el sol
tapando para siempre con trozos de su piel
aquello que pudiese llegar a lastimarles.


Norma Duch Roveri