martes, 2 de septiembre de 2008

SIN RESONANCIA




Se anudan en enjambre las púas del silencio;
qué bien saben hendirse en el corazón de los ojos.
Ojos vacios en la distante silueta de un recuerdo
que ya no proyecta sombra
ni aprieta el pecho...

- los cristales vibran sin resonancia, y las flores,
habitan en luz sin agua-

Las miradas carecen del encuentro, se desgastan,
son un pálido paisaje tras el vaho de aquella visión,
visión que hoy ya no arranca una lágrima.
Las veletas del destino se vuelven rancia historia,
flamean sin alma, sin dedos de Norte ni Sur ni esperanza,
solo se sostienen porque un mástil de hierro les arraiga,
una insignia que les apunta en la frente una firma,
firma que borró su palabra, volviéndose antónimo.

Cuando el silencio conquista el territorio de los ojos
y la presa que el halcón del amor otrora devorara
yace muerta sobre un lecho sin sangre,
se apaga, como un cirio sin aire,
el único propósito que un día sentenció
este trayecto a dos manos,
dejándolo sobre la mesa de los años
con la cena servida, y esperando,
inútilmente,
a sus comensales.
Norma Duch Roveri