domingo, 29 de marzo de 2015

Manos

Mírate las manos,
dime si no ves allí tu historia.
En las manos se leen soles y ocasos,
conquistas y ausencias,
desiertos y humedales;
surcos y signos nacidos de tanto asir,
de tanto entrelazarse.


Las manos aran su propia memoria;
las manos oyen y hablan,
sufren y luchan,
gimen y besan, como la mar,
y reconocen en su lenguaje de pulpa
la tibieza de un abrazo,
la inquietud de un suspiro,
el latir de un deseo.
Pero no basta empuñar la vida con pasión y alma
ni tatuarse las huellas de otro ser en la piel;
no se logra detener un adiós con los dedos
ni se atrapa con ellos una mirada de amor.
No sólo es agua lo que filtra el tamiz de la vida.
No sólo es tiempo lo que entre lunas se diluye.
Ah... Cuánto se queda entre pliegues,
pero cuánto más se nos va escapando...
Sí, las manos son historia, y las mías
siguen abiertas.

Norma Duch Roveri
Marzo 2015