jueves, 3 de julio de 2008

Clemátide Del Viento




Al humedal del espíritu que busca
las manos abiertas de la lluvia y se suspende
sobre el hablar del humus y del tiempo, allí,
aferras tu vertiente y tu matriz, mujer mística...
selva de matices que el alce del bosque trajo
a tu mente, de orfebre eterna, y relámpago.

Mujer de un dios con ojos de virgen,
clemátide del viento sobre las cumbres,
vigilante de su crisálida pura; tú,
pezón de leche de donde liban los sueños.

Mujer menuda, y eterna. Farol de ámbar
el latir de tu luz que suspira mas allá de la noche,
más allá del trémolo del olvido, más madura
que el nogal del monte. Madre-hija,
voz líquida que llora por todos nosotros;
anca de vida primordial que se exprime el amor
que la tierra lame de sus pies.

El soplar de un viento de halcones cierra los ojos del horizonte.
Deja caer tu llanto, y que una sola gota baste
para preñar tanto desierto.